Esta tarde, a las 15, los trabajadores serán recibidos en el Ministerio de Trabajo de la Provincia, según informó Monsalvo. La cita ya estaba pautada, ante las señales de “vaciamiento” que percibían los empleados. “Estábamos con baja de producción y de repente vimos que salían 12 camiones con materia prima para otras plantas. Pedimos una reunión y no nos quisieron dar, después nos dijeron que nos quedáramos tranquilos. Pero tres días después pasa esto”, contó el delegado.
En la planta de Volkswagen en Pacheco, en tanto, los trabajadores fueron informados sobre 600 suspensiones a partir del primero de marzo y nada menos que por un año y medio, hasta el invierno de 2018. “Son despidos encubiertos”, dijo el empleado Juan Carlos Amado, quien trabaja hace casi tres décadas para esa compañía, en declaraciones a Radio 10. “Esto se parece a 2001″, sentenció.
Según informó el trabajador, la empresa puso además a disposición los retiros voluntarios. Indicó que en Pacheco hay más de 4000 trabajadores y no hay precisión sobre cómo seleccionarán a los 600 suspendidos. “De palabra nos dijeron que nos van a pagar 75 por ciento en negro, que es algo así como el 55% de nuestro salario actual”, señaló.
Los cierres y suspensiones conocidos hoy se suman a los 400 despidos confirmados ayer por la firma Banghó, como consecuencia de la quita de aranceles a la importación de computadoras oficializada ayer por el Gobierno. El presidente de la firma PC-Arts Argentina -ensambladora de la marca Banghó-, Carlos Suaya, confirmó que la empresa despedirá a más de la mitad de sus 800 empleados a raíz del cambio de política implementado por la gestión Cambiemos, que pasó de 35% a cero los impuestos a la importación de computadoras y tablets, entre otros productos.
En un primer momento, los trabajadores de la planta de Vicente López habían denunciado que se producirían 243 despidos, tras lo cual comenzaron una campaña de difusión y movilización, que logró abrir una instancia de negociación. Sin embargo, el panorama confirmado ayer por Suaya es aún peor: 400 de los 800 empleados quedarán en la calle.
Cierre de dos plantas, suspensión de 600 trabajadores, despido de la mitad del personal. La seguidilla de noticias que se conoció en las últimas horas afecta a distintos puntos geográficos y de diferentes rubros. Y refleja un escenario alarmante en materia de empleo e industria en todo el país, al tiempo que el presidente Mauricio Macri reclama inversiones durante su visita a España.
La empresa química Atanor anunció a través de un comunicado inversiones por u$s 70 millones para los próximos cinco años, pero al mismo tiempo informó que por "concentración en el negocio de protección de cultivos" se cierran dos plantas, en las localidades de Baradero y Munro, alegando la necesidad de “concentrar esfuerzos en las fábricas de San Nicolás y Pilar y Río Tercero, Córdoba".
El cierre de las dos plantas implica la pérdida del sustento económico para unas 180 familias. Los trabajadores se enteraron de la peor manera: “Tenemos turnos rotativos. Los que entran a las 4.30 se encontraron con las puertas cerradas y un volante que decía que nos quedamos sin trabajo. Nos concentramos en la puerta y no tuvimos ninguna respuesta, estamos esperando”, relató Maximiliano Monsalvo, trabajador y delegado de la planta de Munro, en diálogo con Política Argentina.
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