Los
empresarios proponen una rebaja a los aranceles para la importación de
máquinas e insumos y un menor peso de la logística mediante una
reducción impositiva.
La suba del precio del vino, por el
fuerte alza del valor de las uvas tras una cosecha muy escasa (la peor
en 56 años) y de la inflación en general, restó mayor competitividad a
las bodegas en el último año y sus ventas se redujeron. En el primer
bimestre, cayó 13,7% el consumo interno y 4,8% la exportación, bajas que
se suman a las de 2016, de 8,3% y de 2,9%, en ese orden, según el
Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV).
En este contexto, el sector analiza sus
costos para acordar con el gobierno una serie de medidas que mejorarían
su competitividad, vía baja de aranceles para importar insumos y
maquinaria que no se fabrican en el país y rebaja de algunos impuestos
relacionados a la logística, por el alto impacto en los costos de los
fletes de Mendoza a Buenos Aires, como anticipó este diario el jueves
pasado.
Muchos de estos pedidos tendrían buena
recepción en el Gobierno, según confirmó a El Cronista Susana Balbo,
diputada nacional por Mendoza (PRO), enóloga, dueña de una bodega y
referente del sector.
Mañana Balbo se reunirá con
representantes de la Coviar (Corporación Vitivinícola) para analizar
bien qué temas llevarán al Gobierno y estudiar las posiciones
arancelarias de los insumos y máquinas que no se fabrican localmente.
La semana próxima se reunirán con el
secretario de Comercio, Miguel Braun, y el 24 de abril con el ministro
de Producción, Francisco Cabrera.
“La idea es cerrar un acuerdo de
competitividad de la industria vitivinícola como ya lo hicieron la
automotriz y la petrolera”, explicó Balbo. Uno de los temas que reclama
desde hace tiempo el sector es elevar de 6% a 9% los reintegros a la
exportación (ya no pagan más retenciones). “Al menos que se eleve el
reintegro en forma transitoria, hasta que se equilibre el dólar; por la
inflación, hay un atraso cambiario que complica a las exportaciones. Es
un punto que tendría buena recepción del Gobierno”, precisó Balbo.
También, pedirán una baja de arancel de
tecnología y maquinaria que se utilizan en bodega, que no se fabrican
localmente, y son “necesarias para hacer productos de calidad”, explicó.
Por el momento, ya han logrado reducir
el arancel de 35% al 10% para importar corchos aglomerados, cuya
resolución estaría ya firmada y por ser publicada en los próximos días.
“Nuestra idea es reducirlo a cero, pero la baja ayuda. Impacta mucho en
los costos y los pocos que se fabrican en el país no son de alta pureza y
dan al vino gusto a corcho o a tierra”, explicó Balbo. Además, pedirían
la reducción de aranceles a maderas que se utilizan en los tanques de
fermentación; en papel y tintas para etiquetas, levaduras y productos
para tratar viñedos, “que son muy caros y no se fabrican localmente”,
destacó.
Pero, sobre todo, analizarán distintas
alternativas para ver cómo bajar el costo logístico, de alta incidencia
en los precios finales, ya que los envíos a Buenos Aires, principal polo
consumidor y también puerto de exportación, se encarecen muchísimo por
los fletes. “Más que nada estudiamos si se puede reducir impuestos al
combustible usado en fletes y otros impuestos, para bajar el impacto
logístico en el traslado”, comentó.
Se evalúa reflotar el tren San Martín,
que une Mendoza con Buenos Aires, lo que incluye renovar 1.600 km. de
vías. El Gobierno llamaría a licitación antes de fin de año y, de
concretarse, el costo logístico bajaría al menos un 40%, según estimó el
gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, la semana pasada a este diario.
“Vamos a tener racionalidad en el pedido
al Gobierno, según la incidencia en el costo de cada insumo, para que
sea factible”, aclaró Balbo. Y comentó que el vicepresidente del Banco
Nación, Enrique Vaquié (hasta hace poco ministro de Economía de Mendoza)
le anticipó que la entidad dará líneas de crédito al sector para la
compra de equipamiento.
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