martes, 17 de octubre de 2017
17 de Octubre de 1917 hace 100 años terminaba la primera huelga ferroviaria
En una población de trascendental arraigo ferroviario, sería imposible separar de su historia los acontecimientos más importantes por lo que ha atravesado esta actividad, engendradora de la sociedad de Justo Daract, porque de ella depende su accionar social y económico y por ende vivió palmo a palmo las horas de progreso y angustia que los obreros del riel han pasado.
Es así, que cuando no lo registre la historia de los ferrocarriles a nivel nacional, Justo Daract participa activamente en la huelga general, cuando mancomunadamente La Fraternidad, La Federación Obrera Ferroviaria (hoy Unión Ferroviaria) y La Asociación Argentina De Telegrafista y Empleados Postales, centralizan su accionar mediante la formación de una Comisión Mixta de Huelga, que asumió la dirección del paro cuyo comienzo fue el 24 de Septiembre de 1.917 y finalizó el 17 de Octubre de ese mismo año.
Entre los motivos que originaron este movimiento, extraídos del libro "50 Aniversario de la Fraternidad de Personal Ferroviario de Locomotoras" editado en 1.937 por sus autores Juan B. Chiti y Francisco Agnelli, pueden mencionarse:
"La explotación ferroviaria ha sido afectada durante el año 1.917 y lo seguirá siendo hasta la finalización de la guerra (primera guerra mundial) por el aumento de los gastos incluyendo en ello el de los salarios impuestos por el encarecimiento de la vida, y por las condiciones precarias en que se desenvolvía el trabajo del personal ferroviario, debido al poco desempeño que las empresas había puesto en mejorar su situación antes de producirse la huelga en septiembre próximo pasado".
"Ese movimiento de reivindicación obrera, justificado en sus causas determinantes, y del que solo deben condenarse los excesos lamentables, en que incurrieron obreros dañando los intereses de algunas empresas, que si no pudieran prevenirse fueron duramente reprimidos por el Poder Ejecutivo, ha tenido como una de sus principales consecuencias el aumento del 10% sobre todos los salarios y sueldos hasta 300 pesos y las reglamentaciones dictadas en ejercicios de las facultades que acuerda el Poder Ejecutivo, la ley General de Ferrocarriles, consultando en lo posible la peculiaridades del trabajo de los ferroviarios sobre la base de la jornadas de ocho horas de trabajo efectivo".
Sobre los excesos en que incurrieron los obreros contra las empresas y las causales de esta huelga Winthrop R. Wright en su libro " Los Ferrocarriles Ingleses en la Argentina" traducido por Josefina Osorio en 1.948, expresa: "La primera crisis grave comenzó en Agosto de 1.917, al estallar una huelga general ferroviaria, el despido por razones disciplinarias de dos obreros argentinos en el taller Pérez, del ferrocarril Central Argentino de propiedad inglesa, precipitó la huelga".
"En la demanda de los huelguistas no entraban los salarios, horas de trabajos, ni condiciones de labor general, pedían simplemente la reincorporación de los dos hombres despedidos".
"Cuando la compañía se negó a ello, los obreros se declararon en huelga y apremiaron a otros grupos ferroviarios para que se le unieran. Rápidamente los obreros desmantelaron el transporte ferroviario por todo el litoral".
"Hubo algunos episodios de violencia. Durante los turbulentos meses que transcurrieron entre Agosto de 1.917 y junio de 1.918, los incidentes más serios tuvieron lugar en Rosario en forma de huelgas salvajes, allí los huelguistas cometieron toda clase de atropello contra los ferrocarriles ingleses, se apoderaron de las oficinas de telégrafos, detuvieron trenes militares, volaron puentes, interrumpieron el servicio, agredieron a los rompehuelgas y destruyeron en gran escala los bienes Británicos".
"Las tropas del gobierno, notoriamente presente pero inactivas, mantenían una actitud indulgente hacia los alborotadores, la policía y las tropas nacionales, comisionadas para proteger de las compañías nada hicieron para reprimir a los huelguistas. En más de una ocasión contemplaban como los obreros quemaban bienes de los ingleses, su presencia favoreció la destrucción al demostrar que el gobierno no arrestaría a nadie por daños causados a las compañías ferroviarias inglesas".
"A lo largo de toda la crisis, Hipólito Irigoyen se mostró abiertamente simpatizante y benévolo en su tratamiento con los indómitos huelguistas. En aquel momento colocó las aspiraciones de estos por encima de toda otra consideración, no hizo nada por desbaratar su juego, ciertamente no prestó atención al cargo que le hacían los diplomáticos aliados de estar haciendo una política favorable al eje".
Estos acontecimientos ferroviarios tuvieron lógicas secuelas en Justo Daract, población eminentemente ferroviaria, cuyos empleados se plegaron al gran movimiento obrero nacional y sus reclamos no estaban exentos de violencia y desmanes, por lo que el gobierno envió a las tropas del Regimiento de Caballería Dragones N° 4, con asiento en Villa Reynols, a fin de controlar a los huelguistas.
Estas tropas habían establecidos su viva tras las vías del ferrocarril B.A.P., en la prolongación de calles Colón y Solís, próximamente a al actual cancha de fútbol de Sportivo Avanzada. No existía paso a nivel en calle Juan B. Justo, por los que los comandos consideraban al lugar más adecuado para controlar el acceso a los Talleres Ferroviarios.
A mediodía del 11 de Octubre los empleados ferroviarios se reunieron en el Depósito y luego marcharon en manifestación dispuestos e impedir el paso de trenes, por lo que intentarían sabotear las instalaciones.
Esta manifestación que encabezaban los maquinistas "Vasco" Bilbiatura y Sarmiento entre otros, intentó voltear una columna de señales ubicada cerca del acceso de vías a los Talleres, actualmente Paradero Kilómetro 656.
Las tropas del regimiento 4, intentaron persuadir a los huelguistas e iniciaron un tiroteo intimidatorio con el lamentado saldo de un muerto.
Del matrimonio conformado por Pablo Seisdedos y Teresa Hernández, había nacido en España, país de origen de sus padres, don Roque Seisdedos, quien tras casarse con su compatriota Florencia Vicente, dejó España en pos de progreso en América del Sur.
Roque Seisdedos había nacido en 1882 y ya en el amplio suelo Argentino, escogió la naciente Justo Daract para radicar en el año 1908.
Pocos meses después nacía su primera hija que solo brindó diez meses de alegría al hogar de sus padres, puesto que falleció el miércoles 21 de diciembre de 1910. Su segundo vástago nació en Justo Daract el 23 de octubre de 1911, recibiendo el nombre de Amador. Su domicilio fue fijado en el entonces denominado kilómetro 652 o barrio obrero, en la actual calle Alberdi a solo 50 metros de Juan B. Justo en una precaria construcción de chapas de zinc, que aún subsiste.
Su medio de vida era el ferrocarril, donde se desempeñaba como señalero y estando plegado al movimiento obrero no asistió a la manifestación de los huelguistas. Se encontraba en su domicilio cuando al tiroteo del Regimiento de Caballería N° 4, sorprendió a los manifestantes y quebraba el silencio pueblerino.
Su modesta casa quedaba tan cerca al lugar donde se producía el tiroteo intimidatorio que intentó proteger inmediatamente a su familia colocando colchones contra las paredes de chapas para evitar que cualquier "bala perdida " pudiera herir a sus familiares.
Cuando cumplía este operativo de seguridad, una bala traspasó las paredes de zinc y se incrustó en la región medio auxiliar izquierda de su pecho, perforando su quinto espacio intercostal, provocando la muerte por hemorragia interna.
Su cuerpo cumplió tal vez la función que intentó darle a los colchones, y paró la bala asesina que podría dañarle un familiar, y pagó con su vida tributo en pos de reivindicaciones laborales, como mártir daractense, víctima de la represión a la lucha obrera.
Su tumba fue visitada con unción durante muchos años, debido al cariño ganado por haber muerto en un acto tan paternal intuyendo el peligro, por lo que algunos solían hacerles pedidos "milagrosos".
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