En lo que va del año se despacharon por ese medio unas 171 mil toneladas de piedras, arena para construir, carbón, agua mineral y vinos.
Por Miguel Ángel Flores Isuani – mflores@losandes.com.ar
Sin llegar a ser un boom, la alternativa del transporte ferroviario de cargas desde Mendoza particularmente a Buenos Aires asoma como uno de los “brotes verdes” de los que tanto se habla.
De hecho, más allá del carbón, un insumo que nunca dejó de usar el ferrocarril, los despachos de áridos y productos para el consumo como agua, conservas, vino y en menor medida la siderurgia, son parte de la segunda vida del tren como opción al camión para bajar costos logísticos, lo que explica un aumento de la demanda interanual que supera el 11%.
Para Trenes Argentinos (ex Belgrano Cargas y Logística S.A.), además del carbón, la piedra para construcción (ripio, canto rodado) y la arena traccionan el transporte ferroviario de la mano de dos empresas constructoras.
A eso se suman unas 13 mil toneladas mensuales de carbón que salen de la Destilería YPF a La Plata, y el clinker, insumo para el cemento que Holcim suele enviar a Campana.
“La piedra es un producto que ha resurgido, aunque aún no llega a los picos de 15 mil toneladas de otra época”, explicaron desde la compañía respecto al insumo que sale de Mendoza y llega periódicamente al predio de descarga y centro de distribución del ferrocarril en la localidad bonaerense de Santos Lugares.
Entre carbón y otros minerales, el volumen acumulado de áridos despachados por tren asciende a 138.400 toneladas este año. Además, entre enero y octubre se enviaron casi 32.600 toneladas entre vino, agua mineral, y firmas del rubro metalífero, como Coppermol y Acindar.
Aunque en el último año algunos usuarios se mantuvieron al margen, como la bodega RPB, la cristalera Cattorini y Cementos Avellaneda, Trenes Argentinos admite que, en general (incluido el capítulo de alimentos) hay crecimiento del flujo de cargas “mes a mes”.
En gran medida es atribuible a la renovación del material rodante, con reposición de ramales y 24 locomotoras originarias de China.
La comparación interanual lo confirman: en 2016, hasta octubre, se habían despachado 22.285 toneladas de cargas generales, y otras 133.955,84 toneladas de áridos. Es decir, en un año, el movimiento de cargas desde Mendoza en tren se incrementó casi un 11%.
Las tarifas se determinan según la demanda y cotización de mercado para áridos, mientras que en el carbón es a través de una fórmula polinómica.
De cualquier forma es evidente que, más allá de insumir un par de días más su llegada a destino, a las empresas cada vez más les cierran los números frente a la inflación en combustibles y otros gastos que impactan en los costos del camión.
La tracción del consumo
El agua mineral es uno de los productos que más usan las vías ferroviarias. La demanda se la reparten Eco de Los Andes (envía 400 toneladas diarias a su red de distribución) y Danone (Villavicencio), en una relación 40/60%.
Desde Eco de Los Andes aseguran que en los últimos seis años incrementaron el envío de productos en ferrocarril hacia la Ciudad de Buenos Aires.
En 2010 sólo el 15% de su producción se enviaba en tren, pero desde entonces la proporción creció, llegando a picos del 30%.
La firma justifica la decisión en su política de sustentabilidad y de mejora de la eficiencia a favor de la entrega de productos en forma directa a supermercados o distribuidores. Hoy casi la mitad de lo que produce la planta de Tunuyán llega así a sus clientes.
“El objetivo es reducir el uso de combustible y consecuentemente la emisión de CO2. En los próximos años, continuaremos trabajando en la implementación de nuevas estrategias que nos permitan gestionar y reducir nuestro impacto en el transporte”, adelantó en su último Reporte de Creación de Valor la compañía que es una de las unidades de negocios de grupo Nestlé y Cervecería Quilmes.
El sector vitivinícola también tracciona al tren como medio de transporte de la mano de Fecovita y Peñaflor. Momentáneamente, sólo este último grupo empresario sigue adelante.
La histórica bodega Trapiche aún es testigo de la época en que el trazado pasaba por el predio (aún hoy los rieles cruzan lo que era la entrada al sector cargas en Coquimbito).
Hoy el sistema es multimodal: el vino desde Maipú y desde otra bodega del grupo en San Juan, va en camión a Palmira, para su trasbordo al tren rumbo a Buenos Aires, a un ritmo que llega a 2 mil toneladas mensuales.
Según Daniel Pi, gerente de producción de Trapiche, están tratando de usar cada vez más el tren en el mercado doméstico. “Una de las ventajas es que su costo es casi la mitad que usar camión para todo el tramo”, señaló.
Sin embargo, Pi observa que por ahora esa ventaja no se replica para las exportaciones. “Asegura una ventaja de costos, pero implica una dificultad llegar al puerto a tiempo. Tarda casi una semana y existe riesgo de perder el barco”, analizó el ejecutivo.
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