Hace exactamente 35 años se produjo una de las mayores tragedias de la historia ferroviaria argentina, cuando el tren “Luciérnaga” -que cubría el trayecto entre Mar del Plata y Plaza Constitución- embistió a una formación de carga a altura de la localidad bonaerense de Brandsen, dejando un luctuoso saldo de 34 pasajeros muertos y 74 heridos. El tren de la empresa estatal Ferrocarriles Argentinos estaba formado por 13 vagones y llevaba a 803 personas. Había partido a las 23.55 de la ciudad balnearia rumbo a Buenos Aires. Sin embargo, a las 4.30 de la madrugada del 8 de marzo, entre las estaciones Jeppener y Brandsen, comenzó el horror. Es que la formación de pasajeros chocó contra la punta de un vagón cisterna de petróleo de un tren carguero, que había descarrilado unos minutos antes desde la vía opuesta; dicho ferrocarril se dirigía rumbo a Tandil. El desastre tuvo lugar a 8 kilómetros de la estación Brandsen, entre los kilómetros 68 y 69 de la línea Roca, en la salida de una curva cercana al puente sobre el río Samborombón. Según pudo establecerse, el “Luciérnaga circulaba a unos 120 km/h al momento de la colisión.
Un saldo trágico. Tras el siniestro murieron 34 personas y hubo 74 heridos. Testigos del hecho relataron escenas desgarradoras, mientras los rescatistas auxiliaban a las víctimas del trágico accidente. También fue dolorosa la tarea de remoción y corte de los hierros retorcidos en el que quedaron convertidos varios vagones del tren “Luciérnaga”. Las víctimas fueron trasladadas a las ciudades de Brandsen, La Plata, Mar del Plata, Chascomús y Capital Federal. Fue tal la fuerza del impacto que la locomotora de la formación de pasajeros prácticamente saltó sobre los vagones, y tras de ella, se fue apilando el resto del convoy.
“Nos caímos de un precipicio”
Según testimonios de algunas personas, el maquinista del carguero se alejó corriendo de la locomotora una vez que vio venir el tren; en verdad, intentó alertar con un trapo al “Luciérnaga” para que se detuviera. Un menor que viajaba en el tren de pasajeros, que desde una ventanilla del lado interno de la curva avistó el vagón cisterna sobre la vía, observó luego como la locomotora se levantó y se tumbó. Una de las pasajeras del “Luciérnaga” comentó a la prensa, mientras era atendida en el hospital municipal de Brandsen, que “me pareció como que nos caíamos de un precipicio”, al tiempo que agregó que en medio de la conmoción numerosos asientos saltaron violentamente de su lugar. La tragedia pudo haber sido mayor si hubieran hecho combustión los vagones descarrilados que contenían petróleo. Sin lugar a duda podría haberse desatado una catástrofe sin precedentes. Algunos expertos comentaron el crudo no arde por el solo contacto con la llama y menos aún con el de una chispa.
Un saldo trágico. Tras el siniestro murieron 34 personas y hubo 74 heridos. Testigos del hecho relataron escenas desgarradoras, mientras los rescatistas auxiliaban a las víctimas del trágico accidente. También fue dolorosa la tarea de remoción y corte de los hierros retorcidos en el que quedaron convertidos varios vagones del tren “Luciérnaga”. Las víctimas fueron trasladadas a las ciudades de Brandsen, La Plata, Mar del Plata, Chascomús y Capital Federal. Fue tal la fuerza del impacto que la locomotora de la formación de pasajeros prácticamente saltó sobre los vagones, y tras de ella, se fue apilando el resto del convoy.
“Nos caímos de un precipicio”
Según testimonios de algunas personas, el maquinista del carguero se alejó corriendo de la locomotora una vez que vio venir el tren; en verdad, intentó alertar con un trapo al “Luciérnaga” para que se detuviera. Un menor que viajaba en el tren de pasajeros, que desde una ventanilla del lado interno de la curva avistó el vagón cisterna sobre la vía, observó luego como la locomotora se levantó y se tumbó. Una de las pasajeras del “Luciérnaga” comentó a la prensa, mientras era atendida en el hospital municipal de Brandsen, que “me pareció como que nos caíamos de un precipicio”, al tiempo que agregó que en medio de la conmoción numerosos asientos saltaron violentamente de su lugar. La tragedia pudo haber sido mayor si hubieran hecho combustión los vagones descarrilados que contenían petróleo. Sin lugar a duda podría haberse desatado una catástrofe sin precedentes. Algunos expertos comentaron el crudo no arde por el solo contacto con la llama y menos aún con el de una chispa.
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