El presidente de Trenes Argentinos Operaciones (ex SOFSE), Marcelo
Orfila, participó la semana pasada de un desayuno de trabajo en AmCham,
la cámara de comercio de los Estados Unidos en la Argentina. Al igual que en foros anteriores similares en el exterior y en el país –el más notorio y resonante fue el Mini Davos–, el objetivo es atraer inversores extranjeros para financiar obras a través de proyectos de participación público-privada.
Cabe señalar, sin embargo, que de todas esas obras, sólo la compra de coches es responsabilidad de la empresa que preside Orfila. El resto se encuentran a cargo de Trenes Argentinos Infraestructura (ADIF), que preside el ingeniero Guillermo Fiad, o bien del Ministerio de Transporte u otras reparticiones.
Luego de esto, Orfila se explayó sobre el nuevo rumbo que ha tomado la empresa bajo su gestión, que durante 2016 estuvo marcada por una serie de escándalos, bajo la consigna “nueva gestión de lo público”. “El objetivo es impulsar y liderar la modernización de los trenes argentinos. Queremos cambiar y pasar de ser una empresa que mueve trenes para convertirnos en una compañía de servicios al pasajero“, explicó el ex ejecutivo inmobiliario, en declaraciones que fueron recogidas por la agencia oficial Télam.
Las palabras del titular de SOFSE confirman lo adelantado por este medio tiempo atrás: las prioridades de la compañía estatal no están puestas hoy en la operación de servicios (de hecho, durante el año pasado Orfila intentó desprenderse de los trenes regionales y fue renuente a aceptar la transferencia de Ferrobaires, aún en trámite), sino en los negocios inmobiliarios. En los halls de las terminales ferroviarias, por caso, la SOFSE ha decidido aumentar los valores de los alquileres sin dar intervención al Tribunal de Tasaciones de la Nación, con el objetivo último de desplazar a los actuales locatarios y reemplazarlos con “marcas de primer nivel”, en el marco de una estrategia delineada desde la Gerencia Comercial por Santiago Pérès Kemp, un ex ejecutivo de la firma inmobiliaria Consultatio, y por David Castiglioni, un profesor de Marketing de la Universidad de San Andrés con dilatada carrera en el sector privado.
Cabe señalar, sin embargo, que de todas esas obras, sólo la compra de coches es responsabilidad de la empresa que preside Orfila. El resto se encuentran a cargo de Trenes Argentinos Infraestructura (ADIF), que preside el ingeniero Guillermo Fiad, o bien del Ministerio de Transporte u otras reparticiones.
Luego de esto, Orfila se explayó sobre el nuevo rumbo que ha tomado la empresa bajo su gestión, que durante 2016 estuvo marcada por una serie de escándalos, bajo la consigna “nueva gestión de lo público”. “El objetivo es impulsar y liderar la modernización de los trenes argentinos. Queremos cambiar y pasar de ser una empresa que mueve trenes para convertirnos en una compañía de servicios al pasajero“, explicó el ex ejecutivo inmobiliario, en declaraciones que fueron recogidas por la agencia oficial Télam.
Las palabras del titular de SOFSE confirman lo adelantado por este medio tiempo atrás: las prioridades de la compañía estatal no están puestas hoy en la operación de servicios (de hecho, durante el año pasado Orfila intentó desprenderse de los trenes regionales y fue renuente a aceptar la transferencia de Ferrobaires, aún en trámite), sino en los negocios inmobiliarios. En los halls de las terminales ferroviarias, por caso, la SOFSE ha decidido aumentar los valores de los alquileres sin dar intervención al Tribunal de Tasaciones de la Nación, con el objetivo último de desplazar a los actuales locatarios y reemplazarlos con “marcas de primer nivel”, en el marco de una estrategia delineada desde la Gerencia Comercial por Santiago Pérès Kemp, un ex ejecutivo de la firma inmobiliaria Consultatio, y por David Castiglioni, un profesor de Marketing de la Universidad de San Andrés con dilatada carrera en el sector privado.
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