El
ministro del Interior, Rogelio Frigerio, encabezó este lunes junto con
los gobernadores de Buenos Aires, María Eugenia Vidal; de Santa
Fe, Miguel Lifschitz; y de Córdoba, Juan Schiaretti una reunión del
Consejo de Gobierno de la Cuenca la laguna La Picasa con el objetivo de
avanzar en obras que eviten inundaciones y el reacondicionamiento de la
ruta nacional 7, entre otros puntos.
Sin embargo desde el Comité de Cuenca no se mostraron del todo contentos con los resultados de la reunión.
“No
firmaron nada“, resumió, con desesperanza, Juan Carlos Duhalde,
presidente de Comité de Cuenca de La Picasa, tras el encuentro de los
gobernadores de Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires, junto al ministro del
Interior, Rogelio Figerio para avanzar en acciones que permitan
descomprimir el agua de la laguna que amenaza con destruir los
terraplenes de la Ruta Nacional 7 y las vías del Ferrocarril San Martín.
“Más
allá de las buenas intenciones, la reunión terminó en cuarto intermedio
y se espera que sean los ministros de cada distrito los que logren
suscribir los acuerdos para intentar mejorar el estado de cosas actual“,
amplió Duhalde, en diálogo con Vía Rosario, intentando hace un balance
de las negociaciones que entablaron Lifschitz, Schiaretti y Vidal ene la
Capital Federal.
Precisamente,
el estado de cosas actual, indica que las aguas han dejado inutilizados
los rieles del tren de cargas y pasajeros que conectaba Retiro con
Rufino. En las últimas horas, trascendieron fotos que muestran el
deterioro producido por el oleaje en pocas semanas, socavando el
pedraplen y ocasionando que los durmientes en el aire.
“Por
ahí no puede pasar ninguna formación. Ni sabemos cuándo podrá correr de
nuevo un tren en La Picasa”, expresó. Satisfechos por la repercusión
que en la prensa ha tenido el corte de la Ruta 7, en el extremo sur
santafesino, insisten en que el mayor perjuicio se da en el sector
productivo, con miles de hectáreas fértiles ahora anegadas.
En
este sentido, Duhalde insistió en el pedido para construir un canal
aliviador, que llevaría más agua a la provincia de Buenos Aires vía el
Salado. “Estaban
muy cerca de avanzar en la autorización, pero Buenos Aires volvió a
expresar sus reparos y negó el permiso de la obra”, dijo Duhalde, y
ratificó los trascendidos: “Lifschitz fue enfático hasta con enojo,
amenazó con encarar la obra a pesar de la negativa bonaerense”
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