lunes, 19 de junio de 2017

No es rentable: La provincia rechazó que el tren pare en Pereyra

Cuando el ex ministro de Transporte de la Nación, Florencio Randazzo, comenzó con su proyecto de electrificación de ferrocarriles, el plan maestro incluía todas las estaciones y, naturalmente, entre ellas a la correspondiente al Parque Pereyra, donde existe una humilde escuela llamada María Teresa. Humilde pero de suma importancia, dado que contiene y educa a 1.200 chicos, la mayoría de la zona de Villa Elisa, que la única forma que tienen de llegar es en tren o en auto, dado que no existen micros en la zona. Durante la gestión de Randazzo se terminaron la mayoría de las estaciones, y la de Pereyra esperaba su turno, cuando cambió la gestión nacional y provincial. Al asumir el gobierno de Cambiemos, cambió la lógica del proyecto de electrificación, donde la prioridad dejó de pasar por lo social y asistencial y comenzó a pasar por la rentabilidad. Acorde a esa lógica, se refaccionaron algunas estaciones, menos la de Hudson y la de Pereyra, que por el contrario, dejaron de utilizarse. El modo de dejarlas inutilizadas es, simplemente, negarles la provisión de los andenes para que los pasajeros puedan subirse al tren. Tampoco construyeron un paso a nivel o un puente peatonal por cuestiones de seguridad y para que los chicos puedan cruzar las vías, dado que el tren los deja de un lado de la estación y deben cruzar las vías para ir a sus casas. Tampoco invirtieron en un guardabarrera.
Cuando la directora del colegio María Teresa, Lilina Oderá, se reunió con las autoridades nacionales y provinciales para darle una solución a la problemática, la respuesta que recibió la dejó perpleja. No tenían pensado devolver la estación Pereyra porque no da dinero, dado que los chicos que van al colegio no pagan boleto.
“Así que ahora, lo único que tienen es el microtren, que pasa muy poco, y como no hay guardabarrera es muy peligroso, porque es muy silencioso. Cuando los chicos entran a las 7 de la mañana a la escuela, de noche y con neblina, no lo ven llegar. En cualquier momento hay una tragedia. Los afortunados que tienen auto, amontonan peligrosamente chicos en el interior para poder llevarlos a estudiar”, contó una de las madres.
Una vez más, la lógica corporativista y adicta a la rentabilidad al servicio del gobierno y al gobierno de todo, incluso de la educación de las generaciones venideras.

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