El ministro de Transporte de la Nación, Guillermo Dietrich, confirmó días atrás en el foro de inversiones y negocios “Mini Davos” que el gobierno se enfocará únicamente en las rutas de trenes de larga distancia que parten desde Buenos Aires hacia Mar del Plata, Rosario, Córdoba y Tucumán. Estos servicios fueron presentados ante los empresarios asistentes como oportunidades para invertir, en línea con la política de apertura al capital privado con la que las autoridades esperan atraer fondos para volcar al sistema ferroviario.
Con esta decisión, Dietrich buscó ponerle fin de forma oficial al proceso de expansión de los servicios ferroviarios de larga distancia, que tímidamente habían empezado a recuperarse en los últimos años. Las palabras del ministro revalidan el informe que en junio pasado presentara el jefe de gabinete Marcos Peña ante el Senado, en el que se descartaba la creación de nuevos servicios interurbanos.
Con sus declaraciones Dietrich dejó en una especie de limbo no sólo a los servicios de Trenes Argentinos Operaciones a Bahía Blanca, Rufino y General Pico/Santa Rosa (este último no circula actualmente), sino también a los trenes que hasta fines de junio pasado prestaba Ferrobaires. Según confirmó Peña, éstos no tienen fecha de retorno prevista a pesar del avance de las negociaciones para su traspaso al Estado nacional.
La incertidumbre generada por la supresión de estos servicios –sumada a la de los trenes a Chascomús que brindaba Trenes Argentinos Operaciones– amenaza con convertirse en un importante problema político para el gobierno: senadores de la oposición, diputados provinciales, intendentes, concejos deliberantes, organizaciones de la sociedad civil de todo el interior bonaerense y hasta organizaciones internacionales manifiestan una incomodidad cada vez mayor con la ausencia de trenes.
Cabe recordar que el gobierno nacional tampoco tiene interés en los trenes regionales. Luego de abandonar el Plan Quinquenal de Ferrocarriles Argentinos se decidió que estos últimos fuesen transferidos a las provincias, tal el caso de los servicios chaqueños, de los entrerrianos y del Tren del Valle, que el titular de Transporte insiste en traspasar a Tren Patagónico, empresa que opera en un marco legal caduco, a contramano de lo establecido por la ley de Ferrocarriles Argentinos.
La política de transporte parece seguir los lineamientos que se trazaran meses atrás: trenes de pasajeros únicamente para Buenos Aires y su zona de influencia y de carga para el Interior. Allí, la alternativa para los pasajeros será el transporte automotor privado para viajes interurbanos o bien el Metrobús para los desplazamientos urbanos
Con esta decisión, Dietrich buscó ponerle fin de forma oficial al proceso de expansión de los servicios ferroviarios de larga distancia, que tímidamente habían empezado a recuperarse en los últimos años. Las palabras del ministro revalidan el informe que en junio pasado presentara el jefe de gabinete Marcos Peña ante el Senado, en el que se descartaba la creación de nuevos servicios interurbanos.
Con sus declaraciones Dietrich dejó en una especie de limbo no sólo a los servicios de Trenes Argentinos Operaciones a Bahía Blanca, Rufino y General Pico/Santa Rosa (este último no circula actualmente), sino también a los trenes que hasta fines de junio pasado prestaba Ferrobaires. Según confirmó Peña, éstos no tienen fecha de retorno prevista a pesar del avance de las negociaciones para su traspaso al Estado nacional.
La incertidumbre generada por la supresión de estos servicios –sumada a la de los trenes a Chascomús que brindaba Trenes Argentinos Operaciones– amenaza con convertirse en un importante problema político para el gobierno: senadores de la oposición, diputados provinciales, intendentes, concejos deliberantes, organizaciones de la sociedad civil de todo el interior bonaerense y hasta organizaciones internacionales manifiestan una incomodidad cada vez mayor con la ausencia de trenes.
Cabe recordar que el gobierno nacional tampoco tiene interés en los trenes regionales. Luego de abandonar el Plan Quinquenal de Ferrocarriles Argentinos se decidió que estos últimos fuesen transferidos a las provincias, tal el caso de los servicios chaqueños, de los entrerrianos y del Tren del Valle, que el titular de Transporte insiste en traspasar a Tren Patagónico, empresa que opera en un marco legal caduco, a contramano de lo establecido por la ley de Ferrocarriles Argentinos.
La política de transporte parece seguir los lineamientos que se trazaran meses atrás: trenes de pasajeros únicamente para Buenos Aires y su zona de influencia y de carga para el Interior. Allí, la alternativa para los pasajeros será el transporte automotor privado para viajes interurbanos o bien el Metrobús para los desplazamientos urbanos
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