Finalmente, los 71 compañeros de Rioro aceptarán el retiro voluntario que propuso la empresa y así el taller ferroviario ubicado en Pérez va camino al cierre, como quería la propia firma. Representantes de los empleados y la compañía se reunirán hoy a las 11 en la sede local del Ministerio de Trabajos santafesino, donde se firmará parte (algunos ya se sellaron) de los acuerdos indemnizatorios, los cuales se terminarán de rubricar mañana con el fin de la conciliación obligatoria dictada tiempo atrás.
El 22 de junio los trabajadores de Rioro llegaron al taller y encontraron un cartel en el que la empresa Emepa comunicaba el cierre. Un día después recibieron los telegramas de despidos y el anuncio del pago del 100 por ciento de las indemnizaciones. La crisis en la planta de Pérez dedicada al mantenimiento ferroviario fue anunciada semanas antes, cuando la compañía abrió retiros voluntarios para los 71 empleados.
En ese marco, el 25 de junio el Ministerio de Trabajo provincial convocó a una audiencia en la sede de Rosario. En la negociación estuvieron los trabajadores y representantes de la Unión Obrera Metalúrgica y de la empresa. Los abogados de la compañía ratificaron allí que la decisión del directorio era cerrar e indemnizar. Sin embargo, la cartera laboral santafesina retrotrajo todo a antes del envío de los telegramas y dictó la conciliación obligatoria, que (con una prórroga de por medio) vence este viernes.
El final
Un año atrás, el taller pasó por un proceso similar. A través de los retiros, casi cien empleados se quedaron sin trabajo. Esta vez nadie quería irse, pero el desgaste emocional quebró a los obreros.
“Es un final tristísimo. Nadie lo aceptó con gusto, la mayoría hubiese querido seguir. Es un cierre con despidos encubiertos dibujados a través de la figura de retiros voluntarios”, sentenció Pablo Cerra, el abogado de la UOM local.
El letrado explicó que 23 trabajadores ya firmaron el retiro voluntario, “otros 25” lo harán hoy y el resto lo sellará este viernes. Todos los obreros cobrarán el 130 por ciento de la indemnización correspondiente, más el sueldo bruto del mes de agosto.
Ariel Velásquez, delegado gremial con siete años de antigüedad, también aludió al “juego psicológico” que a lo largo de este mes hicieron desde la compañía. “Fueron desgastando a los compañeros y esa situación los fue llevando a decidir acatar el retiro. No hubo otra opción”, señaló.
El dirigente contó que algunos obreros jóvenes ya consiguieron empleo, pero aclaró enseguida que la gran mayoría son operarios mayores y será difícil que en el corto plazo puedan reubicarse en otra compañía.
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