Pegado al asentamiento ilegal hay un colegio
de monjas donde estudian mil nenes menores de edad. Toda la comunidad
vive con temor por la población marginal
Edificaciones y tomas de terrenos en los alrededores de la estación de trenes Pereyra Iraola.
En medio de un bosque verde frondoso, oculto entre un espeso cañaveral, un pequeño pueblo fantasma se consolida a la vera de la estación de trenes Pereyra Iraola. La tierra que fuera propiedad de estancieros un siglo atrás pasó a mano de los ferrocarriles para permitir la traza de las vías y luego en el límite de ese espacio abandonado por el Estado nacional y abandonado por el municipio de Berazategui, llegaron los primeros ocupantes con sus casillas a tomar el territorio. Uno tras otro. Una casilla. Y otra casilla. Y otra más. El bosque dejó de ser un lugar de recreo, para albergar ahora a los desplazados de las villas de emergencia cercanas. La estación de trenes, la casa del Guardaparques correspondiente al Parque Pereyra Iraola y la Escuela de Monjas Santa Teresa, donde asisten 800 niños pequeños, ya no están rodeados por el tranquilo bosque inhabitado que dio paz al lugar. Ahora entre las cañas hay un poblado fantasma creado por ocupantes desplazados desde el conurbano provincial. "Estas usurpaciones vienen de 2015. Hay una denuncia Trenes Argentinos iniciada ante el Juzgado Federal N°1 de Quilmes a cargo de Luis Armella. Tramita ante la secretaria penal 3. Está caratulada como "NN sobre usurpación. Lleva el número 17719/2015" se informó desde Trenes Argentinos. "Esperamos que la justicia se expida. El juez debe actuar para ver si desaloja o no. Vamos a hacer una ampliación de la denuncia" dijo el vocero de la empresa a LA NACION. "Son 20 casillas. Tomaron los terrenos y los lotearon en forma ilegal", agregó la fuente del Trenes Argentinos. El juez Armella informó a LA NACION que la idea es encontrar un lugar donde ubicar a las familias antes de ordenar un desalojo. "Sacarlos es fácil. Pero queremos que sea de manera pacífica por eso antes se les está buscando otro lugar donde llevar a esas familias", dijo Armella. Según la justicia, Trenes Argentinos iba a coordinar con otros ministerios la relocalización de los ocupantes ilegales. En tanto, el juez ordenó mensurar las tierras ocupadas para determinar si exceden el territorio de federal y son parte, también, del territorio provincial. En el ministerio de Agroindustria de la provincia de Buenos Aires y el Organismo de Desarrollo Sustentable se deslindaron de la responsabilidad por los nuevos ocupantes, pese a que estos ya amenazaron expresamente al Guardaparques de Parque Pereyra con prender fuego todo el bosque en caso que sean desplazados por las fuerzas de seguridad. "Nos amenazaron con quemar todo", "No podemos hacer nada", dijo uno de los encargados de preservar el medio ambiente del lugar que pidió anonimato por temor a las represalias. Las monjas que conducen la escuela primaria viven con más temor aún que los duros Guardaparques. "Vino aquí gente desconocida. Nosotros tenemos reservas ya que en la escuela hay niños pequeños a cargo", dijo una de las monjas que atiende la Escuela Santa Teresa. La venta ilegal de tierras no es la única situación irregular que inquieta a los vecinos. La venta de droga es otro de los flagelos que investigado por la justicia. Los viejos habitantes de la zona, herederos de ferroviarios, fueron los únicos que hablaron claro: "Acá no está el Estado. Hace poco hubo una pelea a los tiros y nadie hizo nada. Acá el intendente de Berazategui sólo viene a buscar votos, en época electoral. Entonces sí llegan los micros que llevan a todos a votar" dijeron a LA NACION Martín y Sebastián, dos de los pobladores más antiguos de la zona. Pero ahora, entre elección y elección, el Estado no está aquí, en este pueblo fantasma que crece entre el bosque y las vías.
En medio de un bosque verde frondoso, oculto entre un espeso cañaveral, un pequeño pueblo fantasma se consolida a la vera de la estación de trenes Pereyra Iraola. La tierra que fuera propiedad de estancieros un siglo atrás pasó a mano de los ferrocarriles para permitir la traza de las vías y luego en el límite de ese espacio abandonado por el Estado nacional y abandonado por el municipio de Berazategui, llegaron los primeros ocupantes con sus casillas a tomar el territorio. Uno tras otro. Una casilla. Y otra casilla. Y otra más. El bosque dejó de ser un lugar de recreo, para albergar ahora a los desplazados de las villas de emergencia cercanas. La estación de trenes, la casa del Guardaparques correspondiente al Parque Pereyra Iraola y la Escuela de Monjas Santa Teresa, donde asisten 800 niños pequeños, ya no están rodeados por el tranquilo bosque inhabitado que dio paz al lugar. Ahora entre las cañas hay un poblado fantasma creado por ocupantes desplazados desde el conurbano provincial. "Estas usurpaciones vienen de 2015. Hay una denuncia Trenes Argentinos iniciada ante el Juzgado Federal N°1 de Quilmes a cargo de Luis Armella. Tramita ante la secretaria penal 3. Está caratulada como "NN sobre usurpación. Lleva el número 17719/2015" se informó desde Trenes Argentinos. "Esperamos que la justicia se expida. El juez debe actuar para ver si desaloja o no. Vamos a hacer una ampliación de la denuncia" dijo el vocero de la empresa a LA NACION. "Son 20 casillas. Tomaron los terrenos y los lotearon en forma ilegal", agregó la fuente del Trenes Argentinos. El juez Armella informó a LA NACION que la idea es encontrar un lugar donde ubicar a las familias antes de ordenar un desalojo. "Sacarlos es fácil. Pero queremos que sea de manera pacífica por eso antes se les está buscando otro lugar donde llevar a esas familias", dijo Armella. Según la justicia, Trenes Argentinos iba a coordinar con otros ministerios la relocalización de los ocupantes ilegales. En tanto, el juez ordenó mensurar las tierras ocupadas para determinar si exceden el territorio de federal y son parte, también, del territorio provincial. En el ministerio de Agroindustria de la provincia de Buenos Aires y el Organismo de Desarrollo Sustentable se deslindaron de la responsabilidad por los nuevos ocupantes, pese a que estos ya amenazaron expresamente al Guardaparques de Parque Pereyra con prender fuego todo el bosque en caso que sean desplazados por las fuerzas de seguridad. "Nos amenazaron con quemar todo", "No podemos hacer nada", dijo uno de los encargados de preservar el medio ambiente del lugar que pidió anonimato por temor a las represalias. Las monjas que conducen la escuela primaria viven con más temor aún que los duros Guardaparques. "Vino aquí gente desconocida. Nosotros tenemos reservas ya que en la escuela hay niños pequeños a cargo", dijo una de las monjas que atiende la Escuela Santa Teresa. La venta ilegal de tierras no es la única situación irregular que inquieta a los vecinos. La venta de droga es otro de los flagelos que investigado por la justicia. Los viejos habitantes de la zona, herederos de ferroviarios, fueron los únicos que hablaron claro: "Acá no está el Estado. Hace poco hubo una pelea a los tiros y nadie hizo nada. Acá el intendente de Berazategui sólo viene a buscar votos, en época electoral. Entonces sí llegan los micros que llevan a todos a votar" dijeron a LA NACION Martín y Sebastián, dos de los pobladores más antiguos de la zona. Pero ahora, entre elección y elección, el Estado no está aquí, en este pueblo fantasma que crece entre el bosque y las vías.
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