La actual oferta de
retiros voluntarios a los ferroviarios de 60 años o más que realizó la
actual administración macrista, hace recordar a los trabajadores más
antiguos el proceso que inició la ex Ferrocarriles Metropolitanos
Sociedad Anónima (Femesa), antes de la privatización de los ’90.
Así, la brutal reducción
de puestos de trabajo en la administración pública nacional que el
macrismo produjo con los despidos masivos desde su asunción, se extiende
a las empresas que tiene bajo su órbita el Estado.
Con este recurso, el
gobierno pretende desprenderse de más de 10 mil trabajadores antes de
mediados del próximo año: 2 mil sólo en Sofse Línea Roca; 500 en el
Belgrano Norte y otro tanto en el Sarmiento, el Mitre, el Urquiza, el
Belgrano Sur, el San Martín y las demás líneas.
La oferta del retiro
anticipado ofrece la continuidad del pago del 80 por ciento del salario y
de 4 a 8 meses de sueldo como incentivo, pero está lleno de zonas
oscuras. El sueldo ya no lo pagaría la Administradora de Recursos
Humanos Ferroviarios sino el Anses. No se sabe con qué ingreso se
llegaría a la jubilación futura y a nadie se le quiere mostrar el
convenio que debería suscribir. Por esa razón son pocos los trabajadores
que resultan atraídos con la oferta.
En el caso de Femesa,
después de la primera siguió una segunda oferta, después otra y,
finalmente, el despido compulsivo para llegar al objetivo de reducción
planificado.
En Ferrobaires, se están
realizando despidos de trabajadores efectivos en Plaza Constitución y
en los talleres de Remedios de Escalada. Muchos compañeros han quedado
en la calle en todos los ferrocarriles por los disposiciones que impuso
el ex ministro K, Florencio Randazzo, por las cuales se interpreta a las
enfermedades laborales y a las adicciones como faltas disciplinarias
justificadoras del despido.
El ajuste abarca también
el cierre de los tramos que alcanzan a más de cien pueblos que se han
quedado sin servicio ferroviario desde la asunción del actual
presidente. Es el caso de los ramales que van a Tandil, 25 de Mayo,
Chascomús, Bragado, Junín y Alberdi, a Bahía Blanca vía Pringles y a La
Pampa.
El gobierno pretende
municipalizar el Tren del Valle, que une Cipolletti y la capital
neuquina –e iba a extenderse a Plottier y General Roca–, pero las arcas
municipales no están en condiciones de asumirlo. También se pretende
provincializar los trenes que circulan por Chaco, que en 2010 habían
pasado al Estado nacional.
En el plan original del macrismo está incluido el cierre liso y llano del Tren de la Costa con sus 150 trabajadores.
Con las actuales
conducciones gremiales ferroviarias es imposible enfrentar este ajuste.
Si La Fraternidad sólo atina a firmar petitorios y agitar una banderita y
la Unión Ferroviaria yace muda es porque ambos gremios fueron cómplices
del vaciamiento y se han integrado a la actual gestión.
El frente único del
activismo que hemos constituido en el Belgrano Norte es el camino a
seguir para echar a la burocracia y recuperar nuestros sindicatos para
la lucha. Vamos a poner todas nuestras energías en esta tarea.
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